Planificar una clase es una buena manera de prepararse a uno mismo respecto a lo que debe saber y entender para luego poder entregar los contenidos y/o trabajar habilidades con los estudiantes, sobre todo cuando hay que cumplir con los plazos dispuestos por el ministerio de educación. Una familia homeschooler debe siempre tener como norte a los exámenes libres. Los exámenes libres que dispone el ministerio de educación son el instrumento que dará validez a un año cursado y ayudará a certificar que un alumno (si, sigo creyendo que el concepto alumno es correcto) es promovido de curso o que ya posee las competencias mínimas del nivel en curso. El ministerio de educación es el encargado de entregar el temario de las materias a evaluar en estos exámenes y se puede acceder a ellos a través de su página web . En otros capítulos hablaremos con más detalles sobre estos temarios. A la hora de planificar un año escolar, yo aconsejo partir con la elaboración de una carta Gantt. La
Malas noticias, no hay fórmulas. Todos los años, al finalizar el periodo lectivo, suelo preguntarme, ¿Cómo mejorar mis clases? ¿Cómo llegar con el conocimiento a todos los niños? ¿Cómo volver más efectivos mi métodos? Y la respuesta es tan triste como incierta, hay que improvisar. Cualquier Colega profesor que pueda estar leyendo esto sentirá comezón en el cuerpo y un profundo deseo de buscar mi dirección para ir a quemar mi casa (conmigo adentro). Y es que el sistema nos ha impuesto la planificación de las clases, esa que tiene una estructura obvia, inicio, desarrollo y cierre (planificación clase a clase) como la panacea de la educación, la clave del éxito, y si no planificas no mereces llamarte profesor. Dentro de una sala de clases, esto es tan cierto como falso, me explico. Un docente debe enfrentarse a un curso distinto cada año, cada semestre, cada día. Porque cada uno de los 31 alumnos (cantidad que está muy por debajo de la media y que aun así me parece aberrante) es