Chile 23-06-19. Estamos a la
deriva. Si, suena como la bitácora de un barco cuyos tripulantes han perdido ya
toda esperanza, pero seamos honestos, los gobiernos utilizan a la educación
como moneda de cambio. Prometen calidad y mejoras a cambio de votos. Llegan al
poder con ideas nuevas y revolucionarias que en la realidad es imposible
implementar por falta de infraestructura y personal capacitado. Luego, con el
próximo gobierno, llegarán nuevas ideas que eliminan a las anteriores, y vuelta
a comenzar. Y entre medio, profesores que tienen que hacer malabares para poder
cumplir con todas las exigencias impuestas, directores temerosos de una
superintendencia que actúa como el “cuco” que te va a comer, pero solo si no
tienes el libro de clases firmado o la asistencia al día (ahí es donde está el
dinero). ¿Contenidos? ¿objetivos? Eso no es tan importante como tener a los
niños encerrados en sus salas de clases supervisados por un adulto responsable.
Podría continuar, pero creo que el punto queda claro, la educación pública, en
nuestro rinconcito del mundo, se encuentra flotando a la deriva sobre ideas,
paradigmas y dogmas que funcionaron hace mucho tiempo atrás, que aún no se han
comprobado a cabalidad o que ahora funcionan muy bien, pero en países más desarrollados.
En definitiva, hay un caos educativo en donde los adultos se disputan sus
puntos de vista a capa y espada mientras que nuestros estudiantes ven pasar los
días entendiendo poco o nada de lo que pasa, de los que les quieren pasar sus
profesores y de lo que les pasará cuando pase su etapa escolar.
Claramente, tenemos un problema
en educación que tardará mucho tiempo en ser resuelto, es cosa de ver los
noticie….(mentira, no lo pasan por la televisión, vaya a saber usted por qué).
Un 24% de los colegios municipales están en paro (eso según los periódicos de
la fecha) reclamando derechos y justicia, mejoras salariales, mejoras en cuanto
a la cantidad de alumnos por curso, etc.
¿Cuáles son entonces las
alternativas? Asumiendo que todos los aquí presentes estén buscando una mejora
en cuanto a las habilidades y conocimientos académicos de sus hijos, debo
confesar que las opciones se cuentan con los dedos de la mano de un personaje
de los Simpson e incluso así, sobran dedos.
Educación privada: lujosa,
maravillosamente estructurada, con planes de estudio propios, un sinfín de
posibilidades para sus hijos y brutalmente costosa (hablando desde el punto de
vista de un simple mortal como yo que ruega todos los días por no enfermar para
no terminar en la ruina).
Educación en colegios “de
excelencia” o “emblemáticos”: que gozan de cierta autonomía en cuanto a la
selección de estudiantes y a la creación de planes de estudio propios pero que,
al ser tan cotizados y al haber tan pocos (y la gran mayoría en la región
metropolitana) no están al alcance de todos.
Y la alternativa que me ha motivado
a crear este Blog, La educación en el Hogar.
Según la constitución de Nuestro
país, <Corresponde preferentemente a los padres el derecho y el deber de
educar a sus hijos; al Estado, el deber de otorgar especial protección al
ejercicio de este derecho y, en general, a la comunidad, el deber de contribuir
al desarrollo y perfeccionamiento de la educación>.
<La educación tiene por objeto
el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida, en ella
los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos>.
Bajo esta premisa, entonces es
correcto asumir que, cuando los padres consideren que los establecimientos
educacionales (escuelas, liceos, colegio, guarderías) no están cumpliendo con
las expectativas mínimas que impone la ley, son ellos los responsables de
salvaguardar el derecho constitucional a una educación de calidad, basados en
sus propios estándares.
Hay varias circunstancias que
pueden llevar a un estudiante o a sus padres a tomar la decisión de educarse o
educar en el hogar. Ya sea porque las instituciones no satisfacen las
necesidades o expectativas de los mismos, o porque los educandos poseen
necesidades o características especiales que dificultan su permanencia en un
establecimiento convencional o incluso por ser niños que necesitan complementar
actividades artísticas o deportivas con su derecho a la educación, o
simplemente por no poseer los medios para asistir a un colegio (situaciones
como vivir en zonas extremas o de difícil acceso), es que se vuelve necesario
optar por instruir a los niños y jóvenes en casa, para luego acceder a exámenes
libres que determinen si se ha cursado efectivamente el año escolar
correspondiente a su edad.
Con esto en mente, el propósito
del Blog es aportar mis conocimientos pedagógicos a quienes deseen emprender
esta bella labor, pero desde una mirada un poco más crítica y científica del
cómo hacer pedagogía. Entregando datos, tips y, sobre todo, contenidos del área
científica que es mi fuerte.
Soy Luis Cifuentes, Profesor de
Estado en Ciencias con Mención en Física y este es mi Blog. Bienvenidos.
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